Ya acabó la Semana Santa y ha habido cosas buenas y otras no tanto, como todo en la vida una de cal y otra de arena.
Lo que más me ha costado y lo más bonito para mi ha sido que vinieran los romanos a mi casa a tocar, no sabia como iba a reaccionar porque sólo con escucharlos de lejos ya me ponía muy nerviosa y tensa y me emocioné un montón cuando los oí llegar pero aguanté el tirón en mi ventana, en mi antigua habitación y luego también vi toda la procesión, de pie asomada a la ventana. También le hermandad de Santa Marcela me ofreció una "levantá" para mi salud. Total que la noche del miércoles fue muy bonita y emotiva para mi y mi familia, llevábamos cinco años sin ver nada de Semana Santa y eso que algunas procesiones pasan por mi casa y todo y ha tocado este año. Le tenía que plantar cara alguna vez y hasta ahora no me había visto con fuerzas, el mismo lunes nos fuimos de casa un rato por que no me encontraba con ganas de ver nada, pero bueno, al final he tirado adelante e incluso hoy he sido capaz de ponerme una ropa de romano e ir un rato al cuartelillo con mis compañeros. Total, una semana superando retos.
Lo malo, también me han vuelto a repetir los yuyus esos estúpidos, dos veces, a ver si acaban las pruebas dichosas que me cambien la puñetera pastilla, que sin nada estaba muchismo mejor.
Por fin empezaron las motos, venga Valentino a ver si nos sorprendes esta temporada y hazle algo a esa ducati, que piloto ya se que no falta....
Era algún dia de Octubre del año 2007. Deperté de un largo y extraño sueño de dos meses. Comprendí que ya no dormía porque empecé a preguntarme quién era yo, como me llamaba, si tenía familia, cuáles eran sus nombres,... No sabia donde estaba ni como habia llegado allí. No podía ver, ni hablar, ni apenas moverme, pero sí que podía sentir y pensar. Estaba atrapada en un cuerpo que no me repondía. Quería preguntar y decir lo que sentía pero me era imposible, sólo podía llorar de impotencia.
La voz de mi madre me ha guiado, durante los cuatro últimos años, a lo largo de un amargo itinerario de hospitales, ciudades desconocidas, operaciones y dolorosos tratamientos. Y, sobre todo, me ha ayudado a reencontrar la esperanza y superar mi deseo de morir. Actualmente, he recuperado parte de mis facultades y sigo luchando por mejorar.
Escribo este diario por necesidad. Porque necesito comprender mejor lo que me ha ocurrido y compartirlo. Y porque necesito ayuda para continuar con los duros y costosos tratamientos que son mi única esperanza de recuperación. Un comentario de apoyo o cualquier información de tratamientos o terapias alternativas tienen para mí un extraordinario valor, me dan la energía que necesito para seguir luchando.
Espero que podáis aprender algo de mi diario. Muchas gracias.
La voz de mi madre me ha guiado, durante los cuatro últimos años, a lo largo de un amargo itinerario de hospitales, ciudades desconocidas, operaciones y dolorosos tratamientos. Y, sobre todo, me ha ayudado a reencontrar la esperanza y superar mi deseo de morir. Actualmente, he recuperado parte de mis facultades y sigo luchando por mejorar.
Escribo este diario por necesidad. Porque necesito comprender mejor lo que me ha ocurrido y compartirlo. Y porque necesito ayuda para continuar con los duros y costosos tratamientos que son mi única esperanza de recuperación. Un comentario de apoyo o cualquier información de tratamientos o terapias alternativas tienen para mí un extraordinario valor, me dan la energía que necesito para seguir luchando.
Espero que podáis aprender algo de mi diario. Muchas gracias.