Por fin esta semana he podido volver a lo de los caballos, que lo he echado mucho de menos y el a mi parece que también porque cuando acabamos siempre lo doy una zanahoria y el otro día estaba tan contento que me daba con su cabeza como si quisiera que me volviera a subir y dandome como besos o como si quisiera que lo abrazara, no se, nunca había reaccionado así, quizás sea la manera de demostrarme su cariño.
El paseo fue algo más corto que otras veces porque todavía no me encuentro muy bien y tenía como mareillos o vértigo, una sensacion como si me fuera a caer pero de todas formas me lo pase muy bien y me vino estupendo, ya tenía muchas ganas. Además buen día, un poco de aire pero no hacía frío.
También nos acompañó uno mis tíos que no había venido nunca y que ahora tardará en volver a poder venir porque se va a Alemania, como decía aquella película antigua "Pepe, vente pa Alemania" o algo así. Ya sabemos que el trabajo está muy mal aquí y no le queda otra, le vamos a echar mucho de menos pero es lo que hay, ojala tuviera otra salida o le hubiera salido algo más cerquita, aunque pensándolo bien es un rato de avión y va a trabajar, no hay porque quejarse como está todo.
Será casualidad o parecerá quizás una tontería pero la noche antes de llamarlo para el trabajo yo soñé que él estaba de mudanza. Seguro que le va a ir muy bien.
Bueno, ojalá no llueva mañana a ver si puedo ir a los caballos aunque sea un ratito.
Era algún dia de Octubre del año 2007. Deperté de un largo y extraño sueño de dos meses. Comprendí que ya no dormía porque empecé a preguntarme quién era yo, como me llamaba, si tenía familia, cuáles eran sus nombres,... No sabia donde estaba ni como habia llegado allí. No podía ver, ni hablar, ni apenas moverme, pero sí que podía sentir y pensar. Estaba atrapada en un cuerpo que no me repondía. Quería preguntar y decir lo que sentía pero me era imposible, sólo podía llorar de impotencia.
La voz de mi madre me ha guiado, durante los cuatro últimos años, a lo largo de un amargo itinerario de hospitales, ciudades desconocidas, operaciones y dolorosos tratamientos. Y, sobre todo, me ha ayudado a reencontrar la esperanza y superar mi deseo de morir. Actualmente, he recuperado parte de mis facultades y sigo luchando por mejorar.
Escribo este diario por necesidad. Porque necesito comprender mejor lo que me ha ocurrido y compartirlo. Y porque necesito ayuda para continuar con los duros y costosos tratamientos que son mi única esperanza de recuperación. Un comentario de apoyo o cualquier información de tratamientos o terapias alternativas tienen para mí un extraordinario valor, me dan la energía que necesito para seguir luchando.
Espero que podáis aprender algo de mi diario. Muchas gracias.
La voz de mi madre me ha guiado, durante los cuatro últimos años, a lo largo de un amargo itinerario de hospitales, ciudades desconocidas, operaciones y dolorosos tratamientos. Y, sobre todo, me ha ayudado a reencontrar la esperanza y superar mi deseo de morir. Actualmente, he recuperado parte de mis facultades y sigo luchando por mejorar.
Escribo este diario por necesidad. Porque necesito comprender mejor lo que me ha ocurrido y compartirlo. Y porque necesito ayuda para continuar con los duros y costosos tratamientos que son mi única esperanza de recuperación. Un comentario de apoyo o cualquier información de tratamientos o terapias alternativas tienen para mí un extraordinario valor, me dan la energía que necesito para seguir luchando.
Espero que podáis aprender algo de mi diario. Muchas gracias.